Jardinero

Con las ciencia las ideas germinan en un lecho de teoría, exacta sin lugar a dudas, formando lugares comunes que cimientan las bases sobre las cuales nos desenvolvemos, y por sobre estas ciencias se encuentran la Filosofía, la cual en su rol de toda madre, explica a la ciencia que aquellos lugares comunes no lo son tanto, y bien, podemos sembrar, sembrar dudas, sobre las cuales no solo nos desenvolvemos, sino que volamos…

Así pues, en nuestro rol de Jardineros, debemos tener cuidado, pues hay veces en que aquellas bellas flores que hicimos que germinaran, son también las mas peligrosas… momento adecuado de retrotraer el tiempo y pensar en aquellas siembras… aquellas que en su resultado provocaron dolor y angustias… Todo jardinero debe saber cuando es el momento de la siembra, todo jardinero debe reconocer la semilla, aquella que es fecunda desde su origen… Me detengo , pienso que la sola fecundidad no es la “teoría” perfecta, pues también debemos sumar el tiempo, un buen jardinero siempre sabrá el cuando y como, pues entonces reconozco que he fallado… de aquella semilla fecunda que no supe cuando sembrar, sino que por el contrario, a ojos cerrados la enterré, y con eso, también enterré y condené aquel resultado.

Heme aquí, victima del destino, conciente de mi, sonriendo ante la repetida incognita, recuerdo votos que no en vano juraron vendetta, recuerdo que en estos momentos, todo se vuelve verborrea…Heme aquí, gozando de conocimiento exactos, pero necesitando los “no tanto”… Heme aquí con otra semilla… Heme aquí con miedo de no tener mi lugar común… Heme aquí, queriendo ser Jardinero y reconociéndome lo contrario…Heme aquí filosofando de lo que amaría que fuera exacto.