Friday, October 13, 2006

La Historia


El Regreso
(chapter 3 “Batalla de Arris”)


Después de una noche marcada por el avance constante y nervioso de las tropas, ya las luces del alba muestran los contornos del poblado de Yangta Feg, la marcha se detiene de improviso, el paisaje ya no es igual ¿Qué paso?, una horrible estela de destrucción se derrama por todo el pueblo, Hanso se adelanta acompañado de un par de hombres, mientras la compañía espera atónita…

Hanso ahora avanza a pie, y a su encuentro salen dos pobladores armados con lanzas, Hanso rápidamente les muestra el estandarte imperial haciéndoles ver que no era una fuerza enemiga, pero no le hacen caso… ahora aquellas lanzas lo apuntan, sus hombres responden pero él les ordena detenerse… Hanso se queda quieto mirando un punto fijo entre ambos pobladores – ahora guardias improvisados - , adelanta su pie izquierdo tomando con sus manos el sable pero sin sacarlo de su vaina… un instante… los guardias se le abalanzan con todo, pero no encuentran nada… miran desconcertados, de pronto un estela color rojizo cae del cielo entre los dos hombre, es Hanso, quien se queda quieto, al mismo tiempo en que sus improvisados enemigos caen inconscientes… los movimientos de Hanso desconcertaron incluso a sus hombres que murmuraban los supuestos golpes realizados, todos comentan… menos Hikaru.

Hikaru imparte ordenes, la de crear una campaña a las afuera de Yangta Feg, deja a la “mayor antigüedad” a cargo y camina en dirección a Hanso que solo se ha dedicado a mirar a lo lejos el poblado… conversan, deciden avanzar solos, pues, no conocen el riesgo y no son de aquellos que sacrifican gratuitamente a sus hombres.

Así Tigre y Dragón, llegan a las puertas del poblado, el paisaje es desolador, los campesinos se les esconden temerosos a una represalia ¿pero de quien?, Hikaru y Hanso no hablan, como si su comunicación superara a la del habla, ambos se sienten nerviosos, pero mas que todo, llenos de ira, ¿Quién pudo haber atacado a mujeres y campesinos?, buscan rastros del enemigo, hasta que al llegar a la “plaza del pozo”, encuentran unos hombres con armadura bebiendo mientras se entretienen con bailes de una Geisha, aquella dama, con su sola mirada explica el horror por los que han pasado todos sus coterráneos… Hikaru no soporta mas esta escena de abusos, Hanso se da cuenta, y toma su sable, pero lo entierra en el suelo y se sienta en señal de meditación… Hikaru toma su sable, sus ojos son de fuego… los hombres lo ven, toman sus espadas apuradamente, pero no se dieron cuenta que ya a menos de un metro Hikaru desenfunda, ese solo movimiento despliega una ráfaga de viento que bota a uno de ellos y en un movimiento continuado de Hikaru parte el escudo del soldado que quedaba en pie, quien al verse desarmado arranca despavorido… rápidamente Hikaru salta en movimientos predeterminados, sobre el soldado aturdido en el suelo cayendo con sus rodillas sobre su pecho, con el sable desenfundado lo interroga… PERO!!! Hanso abre rápidamente los ojos y se pone en posición de ataque, Hikaru presiente lo mismo,… ¿Qué sucede?, Hikaru, en movimientos fantásticos, practicante vuela, alejándose del soldado, un silbido en el aire aparece por el norte , entre los árboles, el soldado al tratar de arrancar, se da cuenta que mas de 8 flechas ya lo han atravesado…

Hikaru y Hanso se encuentran espalda con espalda, atentos a sonidos imperceptibles, ambos espada en mano, esperan atento a quien se esconde tras esos árboles… de pronto!! Dos troncos vuelan en dirección de ellos, los que esquivan con reflejos gatunos, Hanso, toma su arco y rápidamente dispara tres flechas, y por fin el enemigo se presenta ante sus ojos…

Las miradas se reconocen, quien los atacaba, es quien en otrora tiempo fuese su discípulo, hablamos de “Arris”, Hikaru baja su sable, y trata de hablar con el, pero al acercarse se da cuenta de que no es el mismo, pues sus ojos son distantes y en su frente se marca un extraño tatuaje, además su físico a cambiado, pues se muestra notablemente aumentado, Hikaru comprende que solo son carne y huesos que perduran de aquel joven aprendiz…

Arris da una orden en un extraño lenguaje, desde los bosques se dejan ver a lo menos quince arqueros, todos de similares características a las de Arris ( en cuanto a los tatuajes y estandartes).

Hikaru y Hanso esperan el momento propicio, nuevamente ese aterrador silencio, Arris mira con confianza a sus hombres, quienes estiran las cuerdas de sus arcos, y disparan… vuelan flechas, pero no se escucha quejidos ni sonido de armaduras rotas… miran para ver si dieron en el blanco, pero han fallado, en el mismo lugar se encuentran nuestros dos héroes, sin señales de haber movido ni un solo pelo… Arris mira atento… Hanso le hace un pequeño gesto a Hikaro… ahora les toca a ellos…

….Rápidamente se separan, Hikaru va en dirección de Arris mientras Hanso avanza por el flanco esquivando flechas ágilmente hasta llegar al costado de los arqueros, donde al estar a menos de medio metro del primero de ellos, desenfunda su sable del cual sale una luz encandiladora, el efecto es momentáneo, pero suficiente para observar que ahora solo quedan 7 arqueros, sigue su avance con movimientos perfectos, con su vista baja, ahora caen tres mas, una media vuelta, haciendo una danza de la guerra, ahora enfunda su sable, y los cuatro arqueros cuando tratan de disparar, se dan cuenta que sus arcos están rotos y sus cuerpos sangrantes…uno a uno se desploman cual domino.

Hikaru en tanto avanza como si sus pies no tocasen el suelo, Arris toma una extraña lanza con puntas de acero en ambos lados y la lanza en contra de Hikaru… un paso a la izquierda para tomar impulso a la derecha y lo esquiva… en respuesta y casi automáticamente, saca su arco y dispara dos flechas, las que avanzan raudamente cortando con un silbido el aire, cada una a un hombro de Arris… pero no dan resultado, estas rebotan como si su sola piel fuese un poderoso escudo… Hikaru no vacila, continua y desenfunda… el golpe de aire arrastra a Arris unos metros mas atrás pero no lo Bota,… continua como deslizándose, solo tocando con la punta de sus pies el suelo, hasta que lo alcanza,… chocan en un sonido desgarrador sus armas, produciendo que cada uno salga en direcciones opuestas, Hikaru se apoya con ambos pies en un árbol y vuelve a darse impulso para el contra ataque, Arris con un grito de ira, corre en su dirección, ataca, y su lanza choca con una fuerza que llega a romper el suelo, Hikaru no esta ahí… sorpresivamente aparece por un costado y en un movimiento casi mágico, corta la lanza en dos, y al mismo tiempo en un gesto de bajar su sable, sale otra ráfaga de viento que impulsa a Arris en contra de una choza… parece que lo derroto… no aún no… de aquella choza sale un ruido extraño, su lanza, ahora rota, sale dando giros en forma de boomerang cortando todo a su paso y dentro de su trayectoria se encuentra aquella geisha que hasta este entonces había sido testigo atónita, el miedo la paraliza, Hikaru se da cuenta, corre en dirección opuesta, ¿arrancando? No… llega a un muro próximo el cual golpea con ambos pies logrando salir cual torpedo al alcance de dicha dama, … se acerca con velocidad, casi sin alcanzarla, Hikaru lanza su sable interceptando la lanza y así pudiendo desviarla… lo logró… pero quedo desarmado… y Arris lo sabe y aprovecha, toma nuevamente la lanza rota y la vuelve a lanzar directamente en contra de Hikaru, quien sabe que a esa distancia no podrá hacer mucho… pero una gran estela de fuego envuelve la lanza y la entierra contra un árbol, Hanso ha desenfundado nuevamente… Hikaru aprovecha vuelve a tomar su sable, avanza ahora mas rápido, mas fuerte, su armadura empieza a brillar en colores verdosos, que hacen ver un verdadero DRAGON, la imagen parece mitológica,… Arris lo espera, lanza un grito,…Hikaru aparece detrás de él, Arris mira desconcertado y lanza un asqueroso vomito de sangre, Hikaru sigue caminando en dirección donde esta Hanso, enfunda, y le dice que continúen su camino… La batalla de Arris ha terminado…

Tuesday, October 10, 2006

Hikaru y Hanso (La hitoria)



Regreso (Chapter 2)

Hikaru y Hanso ahora caminan, pensando en el descanso corceles, manteniendo un ritmo constante y pesado, como si cargasen con el peso de una nación, callados cada uno sabe lo que pasa por la cabeza del otro, el silencio marca sus destinos…

Hikaru mira a Hanso y lo comprende, sabe que el ya no es el mismo, sabe que ante él camina un guerrero sin esperanza, sabe que su compañero y hermano en armas ya no es el mismo… sabe que Hanso utiliza la guerra como único medio de su redención y descanso eterno… Lo mira pero calla, sabe que a pesar de todo, es su compañero hasta la muerte y dichoso sería compartir un destino fatal a su lado.

Hanso mantiene su silencio, como si faltase el tiempo para la meditación, sabe que la calma es el preludio a toda tormenta, aunque no lo nota Hikaru, el también lo observa… Sabe que hikaru lo dejará tan pronto termine esta “cruzada”, que lo esperan las escuelas de esgrimas de el Viejo Continente, donde se especializará y llegará como un gran comandante, eso lo alegra, pero a la vez lo aterra pensar lo que sería una guerra sin su leal compañero, solo la fe de una Paz prolongada lo mantiene tranquilo… pero esos son pensamientos futuros, ahora, por lo pronto, solo queda alistarse y ahorrar el aliento, un destino impensado los espera, no lo conocen aún pero lo presienten.

Algo observa Hikaru, rápidamente sube a su corcel y emprende un veloz trote, Hanso se alarma y lo sigue con sigilo, pronto encuentra a Hikaru al lado de un soldado moribundo, Hanso aún no alcanza a bajar de su caballo pero reconoce la cara de su compañero… sea lo q ue sea, la noticia no es buena. Mientras, todo su escuadrón mira esta escena expectante, un silencio enfría el paisaje… Hikary y Hanso conversan, mientras ambos demuestran su nerviosismo apretando sus sables enfundados… ayudan a sentarse a aquel soldado moribundo y Hanso le pasa su daga, el soldado lo mira con lagrimas, y Hikaru hace una venia de honor… El silencio se rompe con los tonos de un desgarrador “Harakiri”, el soldado cae y Hanso ordena a sus hombres los honores propios de la caída de un Héroe…

Hanso medita sentado, mientras Hikaru se pasea con preocupación, las noticias son terribles, el Reino de Oeste ha caído en solo dos días, en solo dos días ha caido el reino que mas respeto había ganado producto de batallas épicas, aquel reino que se jactaba que sus muros eran impenetrables… Hanso se para y se dirige hacia su compañero, Hanso sabe que ante tal fuerza bélica son pocas las esperanzas, pero contrariamente, le dice a Hikaru que desde hoy el avance será solo sobre los corceles, el tiempo es por ahora su enemigo, Hikaru prefiere la retirada y un mejor plan, pero también sabe que las guerras se ganan batallando y no planeando por lo que acepta y apoya a Hanso…

Sus hombres esperan atentos las ordenes, Hikaru sobre un pequeño monte, imparte las instrucciones precisas, las de armarse y dejar todo lo que no sea necesario para la batalla, mientras mas livianos mas rápido será el avance. Propio de una perfecta instrucción militar, sus hombres acatan rápidamente las ordenes, mientras Hanso a lo lejos también se prepara… con ritualidad y respeto coloca una a una las partes de su armadura, como si les pidiera perdón por la sangre que se derramará sobre ellas, se coloca su casco que sobre la frente se dibuja forjado en acero las fauces de un Tigre, amarra su sable y daga junto a su cintura, su armadura tiene un color rojo oscuro, no se sabe si era originalmente así, o si batalla a batalla fueron tiñendo ese fuselaje de tan tétrico color.

Preparado, camina donde su compañero quien ya se encuentra a la cabeza del escuadrón con su armadura que tal como la de Hanso, inspira una omnipotencia tal cual la haría la de un Dios, marcada en su pechera y casco por la imagen de un Dragón de tonos verdes y rojizos hace honor al guerrero que la porta, un Dios de la Guerra.

A la cabeza de este batallón, cual imagen griega, se encuentran un Tigre y un Dragón, de los cuales emanan frases envueltas en llama que aleonan a sus soldados, saben que la contienda es desigual, pero creen que la verdad y esperanza son sus aliados… recen a sus Dioses por que la guerra va a comenzar…

Continuara…

Thursday, October 05, 2006

HIKARU Y HANSO ( LA HISTORIA )

El REGRESO

Como cada primavera, Hanso se encontraba en las escuderías a portas de una nueva “salida”, aquí los esgrimistas podían reparar sus armas, sino también su espíritu, pues no solo eran hermanos con Hikaru en la guerra sino también en la Paz…

Todo preparado, los mejores caballos ensillados y entrenados, como si deseasen pronto que los liberaran a lo que mejor saben hacer… combatir fielmente, hasta la muerte si es necesario, al lado de su jinete. Todo preparado, hasta que se dan cuenta de que habían llegado visitas del lejano reino del Oeste, Hikaru sonríe, reconoce a lo lejos a una bella doncella de pieles canelas, quien contesta dicha sonrisa con una muy elegante venia, la sorpresa es q la bella doncella se hace acompañar de otra no menos esplendorosa y cual Ying Yang, se mezclan en perfecta armonía con sus notorias diferencias, bellas diferencias, las que Hanso, sin ser gran observador, nota al instante. Hanso se enmudece pues su arte es la Guerra y no el Enamorar, así pues, fue una tarde tranquila y embellecida por dichas féminas que encandilan con sus sonrisas…

Terminan los días de tregua, todo tiene que comenzar, Hanso se despide de la doncella ojos de Mar, al par, Hikaru hace lo mismo con ese milagro color canela… Todo caballero sabe que es bueno no tener nada que perder antes de una batalla, pero también se sabe, que aquel guerrero que tiene por quien regresar, es precisamente al que no queremos combatir… Esta es la sensación de Hanso, quien antes de su partida, solicita una razón a esta belleza con miradas de praderas, quien accede y le regala un beso… eso solo un beso… pero de aquellos que salvan un espíritu… aquellos que dan mas que una vida, dan una razón… Suenan las Ordenes, Todo preparado, Hanso se separa de ella, Hikaru lo acompaña, los pasos son ágiles y predeterminados, los engranajes han empezado a funcionar… Ya en sus corceles, sus sables envainados, riendas firmes, se giran en señal de despido, pero en el ambiente hay una sensación de regreso, de desenlace… ojala… en estos momentos, solo en dios confían.

Hanso e Hikaru, tan diferentes como necesarios, quienes la sangre y dolor, la victoria y derrota han unido, ambos, unidos son conocidos como terrores de sus enemigos, saben que son pieza de oraciones de sus compañeros, en sus hombros esta la confianza y la fe no solo de sus hombres sino de todo un pueblo, pero ellos responderán, no por un ego, sino por que es su papel aquí, su significado y definición…

Pilares de sus sueños avanzan al son de su corazón, el galope marca los palpitos, la adrenalina se puede respirar, la maquina ha encendido, el enemigo es fuerte, desconocido, impredecible, pero esto no detiene el ritmo, sino que aun mas lo acelera, hay hambre, sed… de glorias épicas corriendo por sus venas…

Continuara…